TERAPIA FAMILIAR CON PSICÓLOGOS CON EXPERIENCIA EN ARROYO DE LA ENCOMIENDA Y VALLADOLID
Tipos y formas de aplicación de terapia familiar
Este tipo de intervención psicológica ayuda en los conflictos y las dinámicas sociales negativas.
El enfoque será SISTÉMICO, y BREVE ESTRATÉGICO, con combinación con el MODELO FOCUSING.
El modelo FOCUSING se ha incorporado el pasado año con GRANDES RESULTADOS.
El proceso de Focusing no persigue explicar los sentimientos desde lo racional, sino que invita a la persona a experimentar vivencialmente lo que le sucede para sanar sus emociones. Es un proceso ascendente, orientado desde el cuerpo hacia la autoconciencia, para provocar un cambio sentido en la experiencia.
La técnica se compone de seis pasos o movimientos que forman un proceso continuo, sin interrupciones. Estos seis pasos son: despejar un espacio, formar la sensación sentida, encontrar un asidero, resonar, preguntar y recibir.
Se trata de una terapia optimista, ya que se basa en la expectativa de la posibilidad de cambiar del ser humano. En este contexto, el cambio no requiere entender el problema, ni el proceso que opera en nosotros para que surja el cambio. La cuestión clave de Focusing es que los cambios se verifican en nuestro cuerpo, pero no en nuestra mente racional.
Cuando pensamos en alguien haciendo terapia, solemos imaginar una sesión individual en que una persona interactúa con el psicólogo. Puede que también concibamos la posibilidad de una sesión en grupo, con personas diferentes con un mismo tipo de problema.
Pero existe también un tipo de terapia que se aplica sobre un grupo familiar, la llamada terapia familiar, en el que se tratan aspectos conflictivos entre miembros de una misma familia. En este artículo os indicamos qué es y para qué se utiliza.
¿Qué este tipo de intervención psicológica?
Se entiende por terapia familiar aquella modalidad de terapia centrada en la familia como objeto de intervención. El objetivo es fortalecer y dotar de recursos a la familia para que puedan actuar de manera colaborativa gracias a ello dirimir disputas y conflictos que puedan tener entre ellos o bien problemas propios de un único individuo.
La familia es entendida como elemento base en el desarrollo del ser humano, al representarse el elemento fundamental que permite que el infante adquiera un modelo respecto a cómo ver, actuar, relacionarse y comunicarse con el mundo. Se trata un elemento imprescindible a la hora de aprender aspectos emocionales y relacionales, con gran influencia en el desarrollo.
Es por ello que en este tipo de tratamiento se intenta involucrar a dos o más miembros de una misma familia de cara a observar y, en caso necesario, modificar, los patrones de interacción entre los miembros de la familia.
Se concibe que el problema interno de un individuo va antecedido por la presencia de conflictos interpersonales, los cuales al interiorizarse pueden provocar síntomas. Lo patológico se vincula a la no aceptación de nuevos roles en uno de los individuos, estando los roles y la comunicación en la base de la existencia de numerosas problemáticas mentales y sociales.
Aplicaciones de este tipo de terapia
La terapia familiar se ha venido empleando desde sus orígenes para ayudar a solventar diversos tipos de problemáticas. Entre ellas pueden encontrarse las siguientes.
1. Crisis familiares
La existencia de problemas intrafamiliares que no pueden ser resueltos por los medios tradicionales han sido frecuentemente motivos de consulta para la terapia de familia. Una situación difícil, aspectos vinculados al ciclo vital como el nacimiento de hijos o la llegada de su emancipación, una muerte cuyo duelo no ha sido elaborado o algún conflicto latente entre sus miembros son ejemplos válidos.
2. Terapia de pareja
La terapia de pareja es uno de los subtipos de terapia familiar que hay. La superación de problemas en la pareja como falta de comunicación, agotamiento, infidelidad o incompatibilidad en algunos aspectos de la vida son algunos de los motivos de consulta más frecuente.
3. Problemas de conducta o trastornos mentales en uno de los miembros
Especialmente cuando el sujeto en cuestión es uno de los hijos, no es extraño que los progenitores deciden intentar ponerle remedio. En muchos casos, puede emplearse a los progenitores o familiares como coterapeutas que puedan facilitar el mantenimiento de los cambios y el seguimiento de programas establecidos por el terapeuta.
Asimismo, en otros casos los problemas presentados pueden verse fuertemente influenciados por los patrones de comunicación de las familias (por ejemplo, hogares desestructurados o parejas que discuten continuamente pueden contribuir a causar problemas emocionales y de conducta).
4. Tratamiento de adicciones y otros trastornos
En el tratamiento de diversas adicciones e incluso de otros trastornos psicológicos puede ser de gran utilidad integrar a los familiares más cercanos, de manera que éstos puedan ayudar al sujeto a mantenerse alejado de estímulos que eliciten la respuesta del consumo. También pueden participar en hacer ver al sujeto la necesidad de continuar con el tratamiento y las ventajas de dejar de consumir, así como de reforzar las conductas que favorezcan su recuperación.
5. Psicoeducación
La psicoeducación con las familias puede ser fundamental de cara a ayudar a entender al entorno de una persona su situación, que puede esperarse, que pueden hacer para ayudarle o los pasos que es necesario que dé.
6. Entrenamiento para padres
El entrenamiento para padres supone una gran ventaja para aquellos progenitores que tienen hijos con problemas de conducta o que desconocen como hacer frente a situaciones concretas que se estén experimentando a lo largo de su desarrollo. Se enseña cómo hacer frente a conductas desadaptativas a través del moldeamiento y de una estimulación positiva que permita la adaptación del menor.
La posición del terapeuta
Dentro de la terapia familiar, el terapeuta tiene un papel particular. Si bien depende de la perspectiva desde la que se aplique la terapia familiar, por norma general el profesional ha de permanecer en una posición equidistante entre todos los miembros de la familia presentes en la terapia, sin tomar partido por ninguno de sus miembros. Ha de procurar que todos los miembros puedan dar su opinión y que ésta sea escuchada y valorada por los demás participantes.
Dependiendo del caso y la modalidad de terapia familiar, ocasionalmente si que puede establecer alianzas temporales con alguno de los miembros por tal de focalizar la atención del grupo en determinados aspectos, pero más adelante se ha de volver a una posición neutra y/o.
En algunos casos habrá de permanecer como un elemento externo y frío que se limite a señalar los patrones de funcionamiento familiar, mientras que en otros casos puede ser necesario que represente el papel de un familiar más con tal de introducir un nuevo elemento en la terapia y ayudar a hacer ver los diferentes puntos de vista.
Este tipo de intervención psicológica ayuda en los conflictos y las dinámicas sociales negativas.
El enfoque será SISTÉMICO, y BREVE ESTRATÉGICO, con combinación con el MODELO FOCUSING.
El modelo FOCUSING se ha incorporado el pasado año con GRANDES RESULTADOS.
El proceso de Focusing no persigue explicar los sentimientos desde lo racional, sino que invita a la persona a experimentar vivencialmente lo que le sucede para sanar sus emociones. Es un proceso ascendente, orientado desde el cuerpo hacia la autoconciencia, para provocar un cambio sentido en la experiencia.
La técnica se compone de seis pasos o movimientos que forman un proceso continuo, sin interrupciones. Estos seis pasos son: despejar un espacio, formar la sensación sentida, encontrar un asidero, resonar, preguntar y recibir.
Se trata de una terapia optimista, ya que se basa en la expectativa de la posibilidad de cambiar del ser humano. En este contexto, el cambio no requiere entender el problema, ni el proceso que opera en nosotros para que surja el cambio. La cuestión clave de Focusing es que los cambios se verifican en nuestro cuerpo, pero no en nuestra mente racional.
Cuando pensamos en alguien haciendo terapia, solemos imaginar una sesión individual en que una persona interactúa con el psicólogo. Puede que también concibamos la posibilidad de una sesión en grupo, con personas diferentes con un mismo tipo de problema.
Pero existe también un tipo de terapia que se aplica sobre un grupo familiar, la llamada terapia familiar, en el que se tratan aspectos conflictivos entre miembros de una misma familia. En este artículo os indicamos qué es y para qué se utiliza.
¿Qué este tipo de intervención psicológica?
Se entiende por terapia familiar aquella modalidad de terapia centrada en la familia como objeto de intervención. El objetivo es fortalecer y dotar de recursos a la familia para que puedan actuar de manera colaborativa gracias a ello dirimir disputas y conflictos que puedan tener entre ellos o bien problemas propios de un único individuo.
La familia es entendida como elemento base en el desarrollo del ser humano, al representarse el elemento fundamental que permite que el infante adquiera un modelo respecto a cómo ver, actuar, relacionarse y comunicarse con el mundo. Se trata un elemento imprescindible a la hora de aprender aspectos emocionales y relacionales, con gran influencia en el desarrollo.
Es por ello que en este tipo de tratamiento se intenta involucrar a dos o más miembros de una misma familia de cara a observar y, en caso necesario, modificar, los patrones de interacción entre los miembros de la familia.
Se concibe que el problema interno de un individuo va antecedido por la presencia de conflictos interpersonales, los cuales al interiorizarse pueden provocar síntomas. Lo patológico se vincula a la no aceptación de nuevos roles en uno de los individuos, estando los roles y la comunicación en la base de la existencia de numerosas problemáticas mentales y sociales.
Aplicaciones de este tipo de terapia
La terapia familiar se ha venido empleando desde sus orígenes para ayudar a solventar diversos tipos de problemáticas. Entre ellas pueden encontrarse las siguientes.
1. Crisis familiares
La existencia de problemas intrafamiliares que no pueden ser resueltos por los medios tradicionales han sido frecuentemente motivos de consulta para la terapia de familia. Una situación difícil, aspectos vinculados al ciclo vital como el nacimiento de hijos o la llegada de su emancipación, una muerte cuyo duelo no ha sido elaborado o algún conflicto latente entre sus miembros son ejemplos válidos.
2. Terapia de pareja
La terapia de pareja es uno de los subtipos de terapia familiar que hay. La superación de problemas en la pareja como falta de comunicación, agotamiento, infidelidad o incompatibilidad en algunos aspectos de la vida son algunos de los motivos de consulta más frecuente.
3. Problemas de conducta o trastornos mentales en uno de los miembros
Especialmente cuando el sujeto en cuestión es uno de los hijos, no es extraño que los progenitores deciden intentar ponerle remedio. En muchos casos, puede emplearse a los progenitores o familiares como coterapeutas que puedan facilitar el mantenimiento de los cambios y el seguimiento de programas establecidos por el terapeuta.
Asimismo, en otros casos los problemas presentados pueden verse fuertemente influenciados por los patrones de comunicación de las familias (por ejemplo, hogares desestructurados o parejas que discuten continuamente pueden contribuir a causar problemas emocionales y de conducta).
4. Tratamiento de adicciones y otros trastornos
En el tratamiento de diversas adicciones e incluso de otros trastornos psicológicos puede ser de gran utilidad integrar a los familiares más cercanos, de manera que éstos puedan ayudar al sujeto a mantenerse alejado de estímulos que eliciten la respuesta del consumo. También pueden participar en hacer ver al sujeto la necesidad de continuar con el tratamiento y las ventajas de dejar de consumir, así como de reforzar las conductas que favorezcan su recuperación.
5. Psicoeducación
La psicoeducación con las familias puede ser fundamental de cara a ayudar a entender al entorno de una persona su situación, que puede esperarse, que pueden hacer para ayudarle o los pasos que es necesario que dé.
6. Entrenamiento para padres
El entrenamiento para padres supone una gran ventaja para aquellos progenitores que tienen hijos con problemas de conducta o que desconocen como hacer frente a situaciones concretas que se estén experimentando a lo largo de su desarrollo. Se enseña cómo hacer frente a conductas desadaptativas a través del moldeamiento y de una estimulación positiva que permita la adaptación del menor.
La posición del terapeuta
Dentro de la terapia familiar, el terapeuta tiene un papel particular. Si bien depende de la perspectiva desde la que se aplique la terapia familiar, por norma general el profesional ha de permanecer en una posición equidistante entre todos los miembros de la familia presentes en la terapia, sin tomar partido por ninguno de sus miembros. Ha de procurar que todos los miembros puedan dar su opinión y que ésta sea escuchada y valorada por los demás participantes.
Dependiendo del caso y la modalidad de terapia familiar, ocasionalmente si que puede establecer alianzas temporales con alguno de los miembros por tal de focalizar la atención del grupo en determinados aspectos, pero más adelante se ha de volver a una posición neutra y/o.
En algunos casos habrá de permanecer como un elemento externo y frío que se limite a señalar los patrones de funcionamiento familiar, mientras que en otros casos puede ser necesario que represente el papel de un familiar más con tal de introducir un nuevo elemento en la terapia y ayudar a hacer ver los diferentes puntos de vista.